lunes, 7 de febrero de 2011

Último lunes en Reims

Con Iliana
Aún no empiezo a hacer las maletas. Regreso el sábado a Oporto y cierta parsimonia me persigue durante éstos últimos días. Pienso desprenderme de más de una cosa para hacer liviana la maleta. He comenzado también con los trámites de cancelación de la cuenta bancaria francesa. Aunque no del todo es definitiva la partida, lo más seguro es que deba regresar en tres meses y de paso afinar estrategias con mi director de investigación, solo espero que no hayan cambios definitivos. Mañana es mi última entrevista en el liceo M. Chagall, luego entonces tendré listo mi reporte o primer informe de stage. 

Gégé dueño de Le Tram's
Ha sido un día inusual. Digo inusual porque a ésta altura del año Reims se ha visto cobijada por catorce grados de temperatura, un cielo con limpísimo tapiz azul y un sol desbordante. El tiempo parece haberse vuelto loco, hace un año, cuando apenas llegaba a la ciudad sacra, un manto blanco cubría todo lo habido y por haber. Hemos aprovechado con Iliana, quien ya se encuentra en Reims, para hacer algunos trámites y disfrutar del sol sobre la Place d’Erlon que alborota a los franceses quienes se lanzan desbaratadamente a las afueras de cada café, de cada restaurante o bar para alentarse un café o un par de cervezas acompañados de sus gafas de sol, su cigarrillo, la quijada apuntando hacia arriba, del lugar donde proviene su más exquisita compañía: la luz del astro rey que al parecer ha decidido adelantarse contra pronósticos. 
Con Gégé, dueño de Le Tram's
Encontrarnos casualmente con Luca y Angélica. Dos cervezas de más. Leffe oscura. Regresarnos y antes de llegar a casa entrar al bar de Gégé, Le Tram’s. Saludarnos efusivamente y comentarle que abandono Francia el próximo sábado. Palabras que vienen y van entre risas y bromas casi siempre ininteligibles para mí. Una, dos fotos para el recuerdo y otras cervezas, luego el famoso HACHÉ NORMAL, que muy bien conozco y que sé distinguir a distancias metafísicas. Salir bien mangés, intentar dormir y de vuelta el insomnio picoteándome los ojos, pellizcándome los dejos y alborotándome el alien que llevo dentro, es decir, estremeciéndome las tripas.

Con Angélica
Qué extrañaré de Reims? Su cultura? Sus hermosas mujeres? Su academia? Su universidad? Los cursos en el IUFM (Instituto Universitario Formador de Maestros)? La residencia universitaria? El Marché Plus? La Place d’Erlon? Su organizado sistema de transporte? No. NA. Ninguna de las Anteriores. Además de los vinos franceses, extrañaré su gente. Obviamente no a todos, pero sí a algunos. Es extraño decirlo pero hice más amigos lugareños en Reims que en Oporto, pues los amigos que hice en la ciudad portense ninguno era portugués, o al menos no lo recuerdo. Es extraño porque realmente los portugueses son gente abierta, amables y más dados al trato que los remois. 
Luca Bavini

Ya es de madrugada, hay pan, agua y frutas, pura comida pa' pájaros. En fin, c’est la vie!

1 comentario:

Oscar Delgado dijo...

Pacho..toca que tenga en la nevera atún u otra comida para gatos...jejeje...se acerca la partida...Un Abrazo.