jueves, 24 de septiembre de 2009

Conferencia del Cacique Guaicaipuro Cuatemoc ante la reunión de los Jefes de Estado de la Comunidad Europea

El texto que seguirá es una obra de ficción, pero su contenido es tan aceradamente cierto, la crítica a los europeos tan absolutamente justificada y la redacción tan ingeniosa, que merece ser leído y difundido.

El cacique Guaicaipuro existió hace poco menos de quinientos años, aunque su nombre real no incluía el ahora añadido Cuatemoc. El autor del relato es Luis Britto García, que lo publicó el 6 de octubre de 2003, con motivo del Día de la Resistencia indígena (12 de 0ctubre), bajo el título de "Guaicaipuro Cuatemoc cobra la deuda a Europa".

El autor: Luis Britto García (Caracas, 1940). Escritor venezolano. Su obra de ficción, formalmente experimental, elabora una crítica de la situación política y social de su país (Rajatabla, 1970; Abrapalabra, 1980; La orgía imaginaria, 1983). También se ha dedicado al ensayo, entre cuyos títulos cabe citar El imperio contracultural: del rock a la posmodernidad (1991). Premio Casa de las Américas en 1970 y premio nacional de literatura en 1980.
**********
LA VERDADERA DEUDA EXTERNA
Aquí pues yo, Guaicaipuro Cuatémoc, he venido a encontrar a los que celebran el encuentro.
Aquí pues yo, descendiente de los que poblaron la América hace cuarenta mil años, he venido a encontrar a los que se encontraron hace quinientos años.
Aquí pues nos encontramos todos. Sabemos lo que somos, y es bastante. Nunca tendremos otra cosa.
El hermano aduanero europeo me pide papel escrito con visa para poder descubrir a los que me descubrieron. El hermano usurero europeo me pide pago de una deuda contraída por Judas, a quien nunca autoricé a venderme. El hermano leguleyo europeo me explica que toda deuda se paga con
intereses, aunque sea vendiendo seres humanos y países enteros, sin pedirles consentimiento. Yo los voy descubriendo.
También yo puedo reclamar pagos, también puedo reclamar intereses.
Consta en el Archivo de Indias. Papel sobre papel, recibo sobre recibo, firma sobre firma, que solamente entre el año 1503 y 1660 llegaron a Sanlúcar de Barrameda 185 mil Kg de oro y 16 millones Kg de plata
provenientes de América. ¿Saqueo? ¡No lo creyera yo! Porque sería pensar que los hermanos cristianos faltaron al Séptimo Mandamiento. ¿Expoliación? ¡Guárdeme Tanatzin de figurarme que los europeos, como Caín, matan y niegan la sangre del hermano! ¿Genocidio? ¡Eso sería dar crédito a calumniadores como Bartolomé de las Casas, que califican al encuentro de 'destrucción de las Indias', o a ultrosos como Arturo Uslar Pietri, que afirma que el arranque del capitalismo y la actual civilización europea se deben a la inundación de metales preciosos. ¡No! Esos 185 mil Kg de oro y 16 millones Kg de plata deben ser considerados como el primero de muchos préstamos amigables de América destinados al desarrollo de Europa. Lo contrario sería presumir la existencia de crímenes de guerra, lo que daría derecho no sólo a exigir su devolución inmediata, sino la indemnización por daños y perjuicios. Yo, Guaicaipuro Cuatémoc, prefiero creer en la menos ofensiva de las hipótesis.
Tan fabulosas exportaciones de capital no fueron más que el inicio de un plan Marshall-tezuma, para garantizar la reconstrucción de la bárbara Europa, arruinada por sus deplorables guerras contra los cultos musulmanes, creadores del álgebra, la poligamia, el baño cotidiano y otros logros superiores de la civilización. Por eso, al celebrar el Quinto Centenario del Empréstito, podremos preguntarnos: ¿Han hecho los hermanos europeos un uso racional, responsable o, por lo menos, productivo de los recursos tan generosamente adelantados por el Fondo Indoamericano Internacional? Deploramos decir que no.
En lo estratégico, lo dilapidaron en las 'batallas de Lepanto', en 'armadas invencibles', en 'terceros reichs' y otras formas de exterminio mutuo, sin otro destino que terminar ocupados por las tropas gringas de la
OTAN, como Panamá pero sin canal.
En lo financiero, han sido incapaces, después de una moratoria de 500 años, tanto de cancelar el capital y sus intereses cuanto de independizarse de las rentas líquidas, las materias primas y la energía barata que les exporta el Tercer Mundo. Este deplorable cuadro corrobora la afirmación de Milton Friedman, conforme a la cual una economía subsidiada jamás puede funcionar. Y nos obliga a reclamarles, por su propio bien, el pago del capital y los intereses que, tan generosamente, hemos demorado todos estos siglos.
Al decir esto aclaramos que no nos rebajaremos a cobrarles a los hermanos europeos las viles y sanguinarias tasas flotantes de 20%, y hasta 30%, que los hermanos europeos le cobran a los pueblos del Tercer Mundo. Nos limitaremos a exigir la devolución de los metales preciosos adelantados, más el módico interés fijo de 10% anual, acumulado sólo durante los últimos 300 años.
Sobre esta base, y aplicando la fórmula europea del interés compuesto, informamos a los descubridores que nos deben, como primer pago de su deuda, una masa de 180 mil Kg de oro y 16 millones Kg de plata, ambas elevadas a la potencia de 300. Es decir, un número para cuya expresión total, serían necesarias más de 300 cifras, y que supera ampliamente el peso total de la Tierra. ¡Muy pesadas son esas moles de oro y plata! ¿Cuánto pesarían, calculadas en sangre?
Aducir que Europa, en medio milenio, no ha podido generar riquezas suficientes para cancelar ese módico interés, sería tanto como admitir su absoluto fracaso financiero y/o la demencial irracionalidad de los supuestos del capitalismo.
Tales cuestiones metafísicas, desde luego, no nos inquietan a los indoamericanos.
Pero sí exigimos en forma inmediata la firma de una 'carta de intención' que discipline a los pueblos deudores del Viejo Continente; y que los obligue a cumplir su compromiso mediante una pronta privatización o reconversión de Europa, que les permita entregárnosla entera, como primer pago de la deuda histórica.
Dicen los pesimistas del Viejo Mundo que su civilización está en una bancarrota tal que les impide cumplir con sus compromisos financieros o morales.
En tal caso, nos contentaríamos con que nos pagaran entregándonos la bala con la que mataron al Poeta.
Pero no podrán.
Porque esa bala es el corazón de Europa.

Este texto es tomado de un blog ajeno cuyo link está puesto arriba.

7 comentarios:

alfa dijo...

Profesor Juan Remolina: un cordial y afectuoso saludo de colega desde Piedecuesta y lo felicito por la aventura de conquistar Europa y al leer su blogg encuentro muy entretenidas sus narraciones a manera de crónicas. Muy bueno el extracto acerca de este documento por demás muy crítico de la verdadera interpretación de la historia latinoamericana y que obvio, no es enfocada por nuestros historiadores con una óptica pro Europa y pro clasista o pro heroína en el caso de los que gestaron la "independencia" de Europa y cayendo en la que no hemos podido salir.

Muchos éxitos en su empeño profesional y bueno, usted es un ejemplo a seguir para los que nos hemos anquilosado en las cátedras de nuestras instituciones educativas por demás carentes de muchas cosas hasta de ideas e identidad, conformándonos como pequeños burgueses a la espera del sueño del vivir "bien" emulando las clases altas de nuestra sociedad o copiando los formatos de culturas tan extrañas como usted lo esta presenciando.

José Orlando Sissa.

Juan F. Remolina C. dijo...

Profe Orlando, un gusto tenerlo como seguidor de mi blog. También quiero hacerle un extensivo y fuerte abrazo desde este lado del charco.

alfa dijo...

Que tal esta referencia, pero con orientación América Latina y los Estados Unidos, que opina usted, profe? un poco de política internacional. 1a parte

"John Perkins, ciudadano estadounidense, era un respetado miembro de la
comunidad financiera internacional, pero en realidad se dedicaba a
operaciones económicas ilícitas en el Tercer Mundo para el gobierno de
Estados Unidos.
Acaba de publicarse en Estados Unidos la autobiografía (2) en la que John
Perkins detalla cómo ayudó a Washington a estafar a países pobres
prestándoles dinero que no podrían devolver para después apoderarse de sus
economías. En una reciente entrevista (3) con Amy Goodman, locutora del
programa Democracy Now (La democracia ahora) del National Public Radio en
Estados Unidos, Perkins confiesa lo que todos sospechan pero nadie ha
querido creer. Lo que sigue fue extractado de esa extensa entrevista.
- Explíquenos qué quiere decir sicario económico.
- Básicamente, lo que nos enseñaron a hacer es reforzar el imperio
estadounidense. Crear situaciones donde el máximo número de recursos
naturales fluyan a este país, a nuestras corporaciones y nuestro gobierno, y
en efecto hemos tenido mucho éxito. Construimos el imperio más grande de la
historia. Esto se logró durante los últimos cincuenta años, desde la Segunda
Guerra Mundial, con muy poca intervención militar. Es sólo en casos como
Irak donde lo militar entra como último recurso. Este imperio, a diferencia
de cualquier otro de la historia, fue constituido principalmente a través de
la manipulación económica, de la estafa, el fraude, la seducción de la gente

alfa dijo...

2a parte

por nuestra manera de vivir, y a través de operativos económicos. Estuve muy
involucrado en todo eso.
- ¿Cómo llegó a eso? ¿Para quién trabajaba?
- Inicialmente fui reclutado, cuando estudiaba negocios en la universidad en
los años sesenta, por la National Security Agency (Agencia Nacional de
Seguridad de Estados Unidos), la organización nacional de espionaje más
grande y menos conocida, pero luego trabajé para corporaciones privadas. El
primer verdadero sicario económico en los años cincuenta fue Kermit
Roosevelt, nieto de Teddy, quien derrocó al gobierno de Irán, un gobierno
elegido democráticamente –el gobierno de Mossadegh-, y quien fuera el
“hombre del año” de la revista Time. Y tuvo enorme éxito haciendo eso sin
derramar sangre, bueno, hubo algo de sangre pero ninguna intervención
militar, sólo gastando millones de dólares y reemplazando a Mossadegh por el
sha. Entonces nos dimos cuenta de que esta idea del sicario económico era
muy buena. El problema fue que Kermit Roosevelt era agente de la CIA. Era un
empleado del gobierno. Si lo hubiesen atrapado, nos habríamos encontrado en
un lío. Habría sido un escándalo. Entonces allí se tomó la decisión de usar
organizaciones como la CIA y la NSA para reclutar potenciales sicarios
económicos como yo, y después enviarnos a trabajar para empresas privadas,
consultorías, de ingeniería, de construcción para que, si nos agarraban, no
hubiera conexión con el gobierno.
- Bien, ahora explíquenos el trabajo que hizo.
- La compañía para la cual trabajé se llamaba Charles T Main, de Boston,
Massachussets. Éramos alrededor de dos mil empleados y yo era el economista
principal. Terminé teniendo cincuenta personas en mi equipo. Pero mi
verdadero trabajo fue el de hacer tratos, dar préstamos a otros países,
enormes préstamos, mucho mayores de la que ellos podrían devolver. Una de
las condiciones de un préstamo, digamos de unos mil millones de dólares, a
un país como Indonesia o Ecuador, era que este país tendría que dar 90 por
ciento del préstamo a una empresa estadounidense para construir
infraestructura, una Halliburton o Bechtel. Eran grandes. Esas empresas
entonces entraron y construyeron un sistema de energía eléctrica o puertos o
autopistas, y estos proyectos básicamente servían sólo a algunas de las
familias más ricas de esos países. La gente pobre de aquellos países quedaba
clavada con esta asombrosa deuda que no podrían devolver. Un país como
Ecuador hoy debe destinar más del 50 por ciento de su presupuesto nacional
sólo para pagar la deuda.Y no puede hacerlo. Lo tenemo con el agua al
cuello. Entonces, cuando queremos más petróleo, vamos a Ecuador y le
decimos: "Mire, no puede pagar sus deudas, pues entregue sus bosques
amazónicos, que están llenos de petróleo, a nuestras compañías petroleras".
Y hoy estamos entrando y destrozando la Amazonia, obligando a Ecuador a
entregárnosla porque acumuló tanta deuda. Hacemos un préstamo enorme, la
mayor parte del cual vuelve a Estados Unidos, el país queda con la duda más
los intereses, y básicamente ellos se convierten en nuestros sirvientes,
nuestros esclavos. Es el imperio. No hay que equivocarse. Es un inmenso
imperio, y ha sido muy exitoso.
- Usted dice que a causa de sobornos y otras razones no escribió este libro
durante mucho tiempo ¿Qué quiere decir? ¿Quién lo sobornó? ¿Qué sobornos
aceptó?
- Acepté un soborno de medio millón de dólares en los años noventa para no
escribir el libro.
- ¿De?
- De una empresa importante de la construcción.
- ¿Cuál?
- Se llama Stoner Webster. Legalmente, no fue un soborno, fue ... me pagaron
como consultor. Todo de acuerdo con la ley. Pero esencialmente no hice nada.
Estaba entendido, como expliqué en “Confesiones de una sicario económico”,

alfa dijo...

3a parte

que cuando acepté el dinero como consultor no tendría que hacer mucho
trabajo, sólo no escribir este libro, que en ese momento se llamaba "La
conciencia de un sicario económico".
...
- En su libro usted habla de cómo ayudó a poner en práctica un plan secreto
para redirigir miles de millones de petrodólares de Arabia Saudita a la
economía de Estados Unidos, y que cimentó la íntima relación entre la
familia Saud y sucesivos gobiernos de Estados Unidos. Explique.
- Fuimos a Arabia Saudita a principios de los años setenta. Sabíamos que
Arabia Saudita era la clave para acabar con nuestra dependencia de la OPEP,
o para controlar la situación. Arreglamos un trato a través del cual la
familia real Saud aceptó reenviar la mayor parte de sus petrodólares a
Estados Unidos e invertirlos en bonos del Tesoro. El Departamento del Tesoro
usaría los intereses de esos bonos para pagar a empresas estadounidenses que
construirían en Arabia Saudita -ciudades, nueva infraestructura-; cosa que
hemos hecho. Y la familia Saud aceptó mantener el precio del petróleo dentro
de los límites aceptables para nosotros, lo que hicieron todos estos años, y
nosotros prometimos mantener a la familia Saud en el poder mientras
respetaran el trato, cosa que también hemos hecho, y es una de las razones
por las cuales invadimos Irak. Allí, intentamos implantar la misma política
que tuvo tanto éxito en Arabia Saudita, pero Saddam Hussein no aceptó.
Cuando los sicarios económicos fracasamos en este escenario, viene la
próxima etapa que es la que llamamos de los chacales. Los chacales son
individuos habilitados por la CIA que entran e intentan fomentar un golpe de
Estado o una revolución. Si eso no da resultado emplean asesinatos, o lo
intentan. En el caso de Irak, no pudieron llegar a Saddam Hussein. Sus
guardaespaldas eran demasiado buenos. Él tenía dobles. No pudimos llegar a
él. Entonces la tercera etapa, si los sicarios económicos y los chacales
fracasan, son nuestros jóvenes, que enviamos para matar y morir. Que es
obviamente lo que ha pasado en Irak.
- ¿Puede explicarnos cómo murió Torrijos?
- Omar Torrijos, el presidente de Panamá. Omar Torrijos había firmado el
Tratado del Canal con Carter ... y usted sabe que nuestro Congreso lo
ratificó por un solo voto, fue un asunto muy contencioso. Torrijos entonces

alfa dijo...

4a parte

se adelantó a negociar con los japoneses para construir un canal al nivel
del mar. Los japoneses querían financiar y construir un canal al nivel del
mar en Panamá. Torrijos habló con ellos de este tema, lo que molestó mucho a
la empresa Bechtel, cuyo presidente era George Schutz y su consejero mayor
Caspar Weinberger. Cuando echaron a Carter (y ésa es una historia
interesante; ver cómo sucedió realmente), cuando perdió las elecciones y
entró Reagan con Schutz como secretario de Estado -que venía de Bechtel- y
Weinberger -que vino también de Bechtel- como secretario de Defensa, estaban
muy enojados con Torrijos. Intentaron convencerlo de renegociar el Tratado
del Canal y no hablar con los japoneses. Se negó rotundamente. Era un hombre
de principios. Tenía sus problemas, pero era un hombre correcto. Un hombre
asombroso, Torrijos. Entonces murió en la caída de un avión en llamas,
conectado a una grabadora con explosivos dentro, que ... yo estaba allí,
estaba trabajando con él. Sabía que nosotros, los sicarios económicos,
habíamos fracasado. Sabía que los chacales se acercaban. Y acto seguido,
explotó su avión con una grabadora conteniendo una bomba. No cabe duda de
que fue organizado por la CIA y muchos investigadores estadounidenses
llegaron a la misma conclusión. Por supuesto, nunca nos enteramos de eso en
nuestro país.
...- ¿Con qué proximidad trabajó usted con el Banco Mundial?
- Muy, muy de cerca. El Banco Mundial proporciona la mayor parte del dinero
que financia a los sicarios económicos, él y el FMI. Pero cuando ocurrió el
11 de setiembre, tuve un cambio de sentimientos. Sabía que tenía que contar
esta historia porque lo que pasó el 11 de setiembre es el resultado directo
de lo que están haciendo los sicarios económicos. Y la única manera en que
vamos a estar seguros otra vez en este país, y en que vamos a sentirnos bien
de nosotros mismos, es si usamos estos sistemas que creamos para efectuar
cambios positivos en el mundo. Creo sinceramente que podemos hacer eso. Creo
que el Banco Mundial y otras instituciones pueden ser recreadas para cumplir
su misión original, que es la reconstrucción de las partes del mundo
devastadas. Ayudar, genuinamente ayudar a los pobres. Cada día mueren 24 mil
personas de hambre. Podemos cambiar eso.
(1) Michael Sondow es periodista y traductor.
(2) Confessions of an Economic Hitman (Confesiones de un sicario económico),
San Francisco: Berrett-Koehler, 2004. Todavía no traducido al castellano.
(3) El derecho de reproducción de la entrevista en América Latina ha sido
concedido a este periodista por el productor del programa radial."

Juan F. Remolina C. dijo...

Profe, interesante lo que Ud comenta, es más, al respecto creo que hay un video en internet, un documental llamado Zeitgeis, la segunda parte habla de lo que Ud ha comentado.