sábado, 29 de enero de 2011

Sitios interesantes

Se acerca la hora de partir y dejar la ciudad de los reyes, como es considerada Reims debido a su vínculo histórico con la monarquía francesa del medioevo. Quedan cosas interesantes que le hacían contrapeso al frío remoise. La brasserie Le Tram, que a menudo frecuentaba, propiedad de un francés bastante amable y bonachón quien se interesaba por atender a sus clientes muy amablemente y en un juego de bromas que convertían el lugar en un sitio cálido para tomarse un café o beber un par de cervezas siempre en la compañía de Cindy, su pequeña perra tuerta. De vez en cuando lo encontraba subido de copas y le salía el orgullo familiar de contar con tres hijos que entre los tres sumaban casi todas las lenguas del mundo, hablaba de su formación y de su doctorado en finanzas, de su gusto por la cocina francesa y de su aprecio por un éste locombiano que un día le había dado a probar de comer hormigas culonas santandereanas. Siempre emotivo, muy pocas veces reservado o huraño. Con la capacidad de hacer reír sin importar lo poco que yo entendiera de su francés. Me consideraba su amigo y de igual forma prometía visitar locombia para degustar la cultura culinaria del trópico y obviamente para volver a comer les petites bêtes rouges, o fourmis, como él les llama a las hormigas culonas.

Otro sitio que frecuentábamos era el Bakkal, lugar donde íbamos “muy de vez en cuando” a comprar algo de tomar cuando la noche se extendía tanto que no quedaba sitio alguno para ir por otra botella de vino o un poco más de cerveza. Atendida por unos turcos y de propiedad del mismo árabe que tenía ubicado frente al lugar una venta de Kebab. La primer vez que entré por algo de vino, debí pagar con mi tarjeta portuguesa, mi tarjeta francesa estaba apenas en trámite, el tipo apenas me saludó. Luego de un par de semanas regresé por unas cervezas ya portando mi tarjeta francesa, al verme dijo ah el señor portugués, yo le respondí no soy portugués soy colombiano, a lo que inmediatamente dijo ah ya un colombiano con tarjeta portuguesa, seguido le completé sí y que le viene ésta vez a pagar con tarjeta francesa amigo c’est la vie! A partir de ese momento y cada vez que íbamos entrada la madrugada por abastecimiento etílico y reconocía a A., a L., o a mí-, hacía un esfuerzo por decir algo en español tanto así que a ésta época del año el tipo ha alcanzado un nivel A1 de competencia lingüística, ya sabe dar la hora en español, saludar y despedirse correctamente, incluso ya aprendió a dar la ñapa, es decir, a regalar cositas, así sean caramelos. El dueño del Bakkal, que es el mismo del Kebab que mencionaba, es otro tipo muy amable. Recuerdo el semestre pasado cuando fuimos con L a comprar más abastecimiento y el tipo se encontraba atendiendo la caja, al ir a pagarle pudimos darnos cuenta que estaba algo prendido, nos ofrece un vaso del wiskhy que se estaba tomando comentándonos que un amigo chileno acababa de partir y que la amistad y que pitos y que flautas y que la manga del muerto; volvió a servirnos otro trago y luego de aplicarnos un carrasposo fondo blanco nos despedimos de él entonados mucho más que antes. Precisamente éste mismo año, al regresar de Granada, volvimos a recurrir al abastecimiento de siempre. Esta vez fuimos con A y al ir llegando el dueño del lugar se cruza por nuestro camino, cuando lo reconocí le dije emotivamente feliz año (bonne année) y en seguida entramos a escoger lo de casi siempre. Cuando vamos a pagar nos damos cuenta que el mismo dueño nos estaba atendiendo, sorprendidos nos fijamos que ha introducido en la bolsa del vino dos latas de cerveza: regalo de año nuevo.

Infortunadamente muy tarde hemos reparado en el VOX Café, que queda justo al lado de la residencia. Otro lugar genial. Digo genial porque desde el primer día que empezamos a frecuentar durante viernes o fines de semana del mes de enero, su dueño no ha reparado en colocarnos la música que nos gusta ni tampoco en ofrecernos o una cerveza, o un traguito, o algo de comer. Incluso durante una de esas noches, sabiendo que algunos somos locombianos y que nos gusta la salsa, nos ha sintonizado por Internet una emisora locombiana: Emisora Tropical de Colombia punto com / transmitiendo desde la República de Colombia, América del sur, para el mundo. Esa noche bailamos música vieja locombiana, hasta música de los chiches del vallenato, música que hace rato no escuchábamos. El tipo es tan amable que nos ha dicho que cuando queramos podemos llevarle música para que él pongo mientras departimos un vaso de cerveza y nos animamos a bailar. Vuelvo y repito, infortunadamente ahora que estamos a punto de dejar Reims es que hemos reparado en ese sitio, un año casi completo y nunca a mí se me había ocurrido entrar allí, qué lastima!

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